Enchanted Rock has its fair share of ghosts. In his history The Enchanted Rock, author Ira Kennedy writes that nearby Tonkawa believed that the spirits of the dead roamed the mountain, while the Comanche told stories of ghost fires and unearthly groans. In the imaginations of Texan treasure hunters, Enchanted Rock was a place of fantastic riches, packed with lost Spanish mines and fat veins of ore.
Nils and I had come to Enchanted Rock with a humbler goal. As the second-largest rock dome in the United States, Enchanted Rock is a prime destination for climbing in all its forms, from casual hiking to technical climbing.
Nils y yo llegamos a Roca encantada con un objetivo más humilde. Como la segunda peña más grande de Estados Unidos, Roca encantada es un destino principal para todo tipo de escalada, desde senderismo hasta escalada para principiantes.
Nils y yo hemos venido a Enchanted Rock con un objetivo aún más humilde. Siendo el segundo domo rocoso más grande de Los Estados Unidos, Enchanted Rock es una de las principales atracciones para escalar en todas sus formas, desde rapeleo casual hasta escalado técnico.
For Nils, a climbing wall regular and one of my best friends, the chance to do some real scrambling and caving had just looked too good to pass up.
It was about 10:30 AM when we started our hike to the summit, but the trail was already crowded. Some groups had small children in tow, and a few climbers had even brought their dogs. However, while the path itself wasn't difficult, the dry heat and complete exposure of the rock made for slow going. With no trees or other features to help us gauge height, the bare slope played tricks on our eyes. I felt like we were walking on a granite treadmill; no matter how far we climbed, we never seemed to get any closer to the summit.
Eran aproximadamente las 10:30 de la mañana cuando comenzamos nuestra caminata hacia la cumbre, pero el camino ya estaba tumultuoso. Algunos grupos tenían niños pequeños consigo, incluso algunos escaladores habían traído a sus perros. Sin embargo, siendo que el camino en sí no era difícil, el calor seco y la total exposición de la piedra la hacían el transitar más lento. Sin árboles u otras características para ayudar a medir la altura, la pendiente desolada jugó algunos trucos en nuestros ojos. Yo sentí que estábamos sobre una caminadora eléctrica hecha de granito; sin importar que tan lejos escalábamos, al parecer nunca logramos acercarnos a la cumbre.
Fue alrededor de las 10:30 AM cuando comenzamos nuestra caminata a la cumbre, pero el camino ya estaba lleno. Algunos grupos llevaban niños pequeños a cuestas, e incluso un par de escaladores habían traído a sus perros. Sin embargo, aunque el camino en sí no era difícil, el calor seco y la exposición completa de la roca nos hacía ir despacio. Sin árboles u otros medios para ayudarnos a medir la altura, la pendiente desnuda nos jugó una mala pasada. Me sentí como si estuviéramos caminando en una cinta de granito; sin importar lo lejos que subimos, nunca parecíamos estar más cerca de la cumbre.