HIS may not be the last laugh, but Sheikh Mohammed bin Rashid al-Maktoum is certainly laughing loudly. Four years ago his high-flying emirate, Dubai, crashed in the wake of the world slump. Its property prices plunged by nearly 60%. A giant sand-dune of debt, worth at least $100 billion, looked set to suffocate the shiny city-state. “Bye Bye Dubai,” gloated the Daily Mail, a British newspaper, as Sheikh Mohammed humbly bargained for a bail-out from Abu Dhabi, Dubai’s neighbour and rival whose oil riches anchor the federation of seven statelets which make up the United Arab Emirates (UAE).
As part of that deal, the just-opened Burj Dubai, the world’s tallest building and a symbol of what looked like heedless excess, was renamed Burj Khalifa in honour of Abu Dhabi’s ruler. But this needle in the desert no longer struggles to find tenants. Like many of Dubai’s other apparent white elephants, it has turned out well.
The skyscraper makes a strikingly beautiful centrepiece for Downtown Dubai, a business-cum-residential complex where what was a patch of dust now prickles with cranes and sparkling new high-rises. The draw of the Burj Khalifa helped last year to funnel 65m shoppers into the vast Dubai Mall next door, where they snapped up goods even at far-from-bargain prices.
El rascacielos es un hermoso centro para el centro de Dubai, el cual es un complejo residencial y de negocios y en donde antes solo había un montón de polvo ahora esta lleno de grúas y brillantes rascacielos. La atracción del Burj Khalifa ayudo en el año pasado a un incremento de 65 millones de compradores en el inmenso Centro Comercial de Dubai vecino, en donde compraron mercancías, aun cuando no estaban en oferta.
El rascacielos hace las veces de una sorprendente y hermosa pieza en el centro de Dubai, un complejo residencial y de negocios donde en lo que era un parche de polvo ahora punzan espinas y brillantes nuevos rascacielos. La atracción del Burj Khalifa ayudó el año pasado a canalizar 65m de compradores en un vasto Mall de Dubai contiguo, donde se compraron bienes incluso hasta a precio ganga.
El rascacielos tiene una sorprendente y hermosa pieza central para el centro de Dubai, a-cum-residencial negocio complejo en el que lo que era una mancha de polvo ahora espinas con grúas y espumosos nuevos rascacielos. El sorteo de la Burj Khalifa ayudó el año pasado para canalizar los compradores 65m en el vasto centro comercial Dubai Mall al lado, donde se hizo con los bienes, incluso a muy lejos de ser de ganga los precios.
El rascacielos hace una sorprendentemente hermosa pieza central para el centro de Dubai, un complejo residencial al cual llegan los negocios, donde lo que era un parche de polvo ahora espina con grúas y burbujeantes altos levantamientos. El dibujo del Burj Khalifa ayudó el año pasado a canalizar 65 millones de compradores al vasto centro comercial de Dubai de al lado, donde se apoderaron de bienes aún a precios lejos de negociación.