Japan is looking to touch up parts of the nation by demolishing aging infrastructure, as the government struggles to cope with maintaining public works outside of larger cities.
As more members of the younger generation choose to migrate to urban areas, maintaining large-scale infrastructure in rural areas is becoming an increasing burden to local governments.
Since authorities in Kumamoto Prefecture began bulldozing the 210-meter-wide Arase Dam in January, local governments started closing off bridges and tunnels. The razing of the 60-year-old hydroelectric dam was the first planned demolition of such a structure in Japan.
Como la mayoría de los miembros de la nueva generación escogen emigrar hacia las áreas urbanas, mantener una infraestructura a grande escala en áreas rurales se está volviendo una carga para los gobiernos locales.
Desde que las autoridades de la Prefectura de Kumamoto comenzaron a allanar los 210-metros-de ancho de la represa de Arase en enero, los gobiernos locales empezaron cerrando puentes y túneles. La demolición de la represa de una hidroeléctrica de 60 años fue la primera demolición planeada de una estructura como esta en Japón.
Como cada vez más miembros de la generación joven deciden emigrar a zonas urbanas, el mantenimiento de grandes infraestructuras en las áreas rurales se está convirtiendo en una pesada carga para los gobiernos locales.
Desde que en enero las autoridades de la Prefectura de Kumamoto comenzaron a demoler la presa de Arase, los gobiernos locales comenzaron a clausurar puentes y túneles. El derribo de la presa hidroeléctrica de 60 años de antigüedad ha sido la primera demolición planificada de este tipo de estructura en Japón.