As the Vatican prepares to display bones it believes to be those of St Peter, we explore an amazing series of jewelled saints' remains from southern Germany, Austria and Switzerland. The skeletons were found in 1578 when some of the catacombs of Rome were opened up, containing the remains of the city's early Christian community. Over the next couple of hundred years, some of the skeletons, identified as saints' remains, were sent north across the Alps to replace relics destroyed in the Protestant Reformation. To mark their newfound status, they were festooned with an extraordinary assortment of jewels, cloth of gold and other precious fabrics, and are still objects of veneration.
Mientras el Vaticano se prepara para exhibir los huesos que a su juicio son los de San Pedro, exploramos una increíble serie de valiosos restos santos del sur de Alemania, Austria y Suiza. Los esqueletos fueron encontrados en 1578, cuando se abrieron algunas de las catacumbas de Roma, que contenían los restos de la primera comunidad cristiana de la ciudad. Durante los próximos dos siglos, algunos de los esqueletos, identificados como restos de santos, fueron enviados al norte, cruzando los Alpes para reemplazar restos destruidos de la Reforma Protestante. Para celebrar su nuevo estado, fueron adornados con una extraordinaria variedad de joyas, telas de oro y otras telas preciosas, y siguen siendo objeto de veneración.