That's not a bad thing, though, when you consider the current climate for mainstream American films. For people who haven't seen the original "Oldboy" or anything like it, this will be a rare studio release that feels shocking and abrasive and perverse and in some way new. I'd love to sit through Lee's movie again in a theater with newbies who came to see a straightforward revenge picture starring a guy who's been locked up for a long time and have no idea what they're actually in for: a swan-dive into the toxic id. Few American auteurs are making mainstream studio movies in the vein of Spike Lee's "Oldboy":
No es algo malo, sin embargo, cuando consideramos el clima actual de la corriente principal de las películas americanas. Para aquellos que nunca han visto la película "Oldboy" o una similar, éste será un raro estudio relacionado con los sentimientos de perplejidad, abrasividad y perversidad en un nuevo camino. Amaría el sentarme nuevamente en el teatro y ver una película de Lee, junto con los novatos que van a ver una imagen de clara venganza protagonizada por un individuo quien ha estado encerrado por largo tiempo y no tiene idea de lo que en realidad es: Un ángel oscuro identificado con lo tóxico. Algunos amateurs americanos están preparando la corriente de las películas influenciados por el "Oldboy" de Spike Lee
unabashedly hardcore genre pictures that aren't afraid to treat sex and violence as colors on a palette, and get nasty and raw, in that seventies-movie way.
Park's "Oldboy" was no skip through the daisy field, but this one is even harder to watch, sometimes indulging in savagery that blurs the line between Old Testament morality play and straight-up exploitation.The filmmakers seem obsessed with making everything as extreme as possible, replacing, for example, a bruising bit of hammer torture with a prolonged sequence in which the hero uses an X-acto knife to slice a dotted-line-shaped pattern into a former jailer's throat.
Descaradamente, hay cuadros de género hardcore que no tienen miedo de tratar el sexo y la violencia en toda su paleta de colores, y poner en feo y crudo las películas de los setenta.
El "Oldboy" de Parks no paseó a través de un campo de margaritas, es uno de los más duros de ver, a veces siendo indulgente con el salvajismo que desdibuja la línea entre la moralidad del Antiguo Testamento y la explotación ascendente. Los realizadores de película han estado obsesionados con desarrollar lo más extremo posible, reemplazando, por ejemplo, un poco de moretones de un martillo de tortura con una secuencia prolongada en la que el héroe usa un cuchillo X-acto y lo desliza en un patrón linear sobre el cuello de un carcelero.