During my eight days at Sundance I consumed a whopping total of 22 movies, which is just shy of 3 films a day. As is the case with attending any festival, I regret missing some of the larger titles that received ample amounts of buzz and acclaim. Chief among those missing from my "watch list" are "Boyhood", "The Raid 2: Bernadal", "Calvary" and "The Voices", all of which Simon Abrams covered here.No matter; I caught enough movies that I can confidently claim satisfaction. Those despondently decrying Sundance's slate of films this year should look no further than this list, Simon Abrams' list and this piece by Eric Kohn.
Durante mis 8 días en Sundance consumí el enorme total de 22 películas, lo cual es apenas 3 filmes por día. Como es el caso al asistir a cualquier festival, lamento haber faltado a algunos de los grandes títulos que recibieron amplio alboroto y aclamación. Principalmente entre esos faltantes de mi "lista por ver" están "Boyhood", "The Raid 2: Bernadal", "Calvary" y "The Voices", todos los cuales Simon Abrams cubrió aquí.No importa; atrapé suficientes películas que confiadamente puedo asegurar satisfacción. Aquellos que desanimadamente denuncian que la lista de películas de Sundance este año no debería buscar mas allá de esta lista, la lista de Simon Abrams y esta obra por Eric Kohn.
Yes, this is all plastic-bag-on-the-wind type stuff, and I wonder how much patience I would have for it without the hypno-music of Reggio's longtime collaborator, Philip Glass. Glass's signature repetitious motifs, always churning toward resolution yet continually denying it, carry us in suspense across shots that last minutes, not seconds. As form-fitting scores, go, Glass's work for "Visitors" feels skintight. Reggio's process includes making sure Glass is "marinated" in the film's footage before writing a single note. It's Glass who gives "Visitors" something like a structure, alternating between long, contemplative stretches and moments of ecstatic grandeur
Sí, esto es algo completamente del tipo bolsa plástica que se lleva el viento, y me pregunto cuanta paciencia tendré para ello sin la música hipnotizante del antiguo colaborador de Reggio, Philip Glass. Los motivos repetitivos distintivos de Glass, siempre agitándose hacia la resolución a pesar de continuamente negarla, nos llevan en suspenso a través de las tomas que duran minutos, no segundos. En lo que se refiere a partituras ajustadas, el trabajo de Glass en "Visitors" se siente muy ceñido. El proceso de Reggio incluye asegurarse de que Glass sea "adobado" en el rodaje de la película antes de escribir una sola nota. Es Glass quien da a "Visitors" algo parecido a una estructura, alternando entre largos, contemplativos tramos y momentos de eufórica grandeza