The filmmaker shows how the metal is collected and haggled over, and the personal and economic factors that affect scrappers' and buyers' survival. The viewer may be reminded of the borderline-slave economies of the early 20th century American economy, before the unions settled in. Just as a 1920s miner was docked for his clothes, tools, room and meals, and came to feel as though he were working for the privilege of being allowed to live, the scrappers' game is rigged against them. In time, the junkyard horse seems analogous to the humans it serves: a beast of burden valued only for the weight it can bear.
El realizador muestra cómo el metal es recolectado y regateado, y los factores personales y económicos que afectan la supervivencia de recolectores y compradores. El espectador puede recordar las economías que limitan con la esclavitud en la economía americana de los inicios del siglo 20, antes que las uniones se establecieran. Sólo como minero de 1920 era acoplado a sus ropas, herramientas, habitación y comidas, y venía a sentir como si pensara que estaba trabajando por el privilegio de permitírsele la vida, el juego de los recolectores es aparejado en su contra. A tiempo, el caballo del depósito de chatarra luce análogo a los humanos que sirve: una bestia de carga valorada sólo por el peso que puede soportar.