Maria Gonzalez, M.A. English, M.A. ForLang (mgd_2015)
Example Translations
Culture [English ≫ Spanish]
Original text
Ephialtes and Pericles
It was under this political system that Athens successfully resisted the Persian onslaughts of 490 and 480/79, most conspicuously at the battles of Marathon and Salamis. That victory in turn encouraged the poorest Athenians to demand a greater say in the running of their city, and in the late 460s Ephialtes and Pericles presided over a radicalisation of power that shifted the balance decisively to the poorest sections of society. This was the democratic Athens that won and lost
an empire, that built the Parthenon, that gave a stage to Aeschylus, Sophocles, Euripides and Aristophanes, and that laid the foundations of western rational and critical thought.
The democratic system was not, of course, without internal critics, and when Athens had been weakened by the catastrophic Peloponnesian War (431-404) these critics got their chance to translate word into deed. In 411 and again in 404 Athenian oligarchs led counter-revolutions that replaced democracy with extreme oligarchy. In 404 the oligarchs were supported by Athens's old enemy, Sparta - but even so the Athenian oligarchs found it impossible to maintain themselves in power, and after just a year democracy was restored. A general amnesty was
declared (the first in recorded history) and - with some notorious 'blips' such as the trial of Socrates - the restored Athenian democracy flourished stably and effectively for another 80 years. Finally, in 322, the kingdom of Macedon which had risen under Philip and his son Alexander the Great to become the suzerain of all Aegean Greece terminated one of the most successful experiments ever in citizen self-government. Democracy continued elsewhere in the Greek world to a limited extent - until the Romans extinguished it for good.
Translated text
Efialtes y Pericles
Bajo este sistema político, Atenas logró resistir los violentos ataques persas de 490 y 480/79, especialmente en las batallas de Maratón y Salamina. A su vez, esa victoria animó a los atenienses más pobres a exigir más voz en el gobierno de la ciudad y, a finales de la década de 460, Efialtes y Pericles presidieron una radicalización del poder que decantó la balanza firmemente hacia los sectores más pobres de la sociedad. Esta fue la Atenas democrática que ganó y perdió un imperio, que construyó el Partenón, que fue escenario de los Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes y que sentó las bases del pensamiento racional y crítico
occidental.
El sistema democrático no carecía, evidentemente, de críticos internos y cuando Atenas se había debilitado por la catastrófica guerra del Peloponeso (431-404), estos críticos aprovecharon para convertir las palabras en hechos. En 411, y nuevamente en 404, los oligarcas atenienses lideraron contrarrevoluciones que sustituyeron la democracia por la oligarquía radical. En 404, los oligarcas recibieron el apoyo del antiguo enemigo de Atenas, Esparta; sin embargo, los oligarcas atenienses no pudieron conservar el poder y justo un año después se restauró la democracia. Se declaró una amnistía general —la primera documentada en la historia— y, con algunos “problemas pasajeros”, como el juicio a Sócrates, la restaurada democracia ateniense fue un hecho estable durante ochenta años más. Finalmente, en 322, el reino de Macedonia, erigido por Filipo y su hijo Alejandro Magno como estado soberano de toda la Grecia egea, acabó con uno de los experimentos más exitosos de la historia del gobierno ciudadano. La democracia continuó, en cierta medida, en otras partes del mundo griego, hasta que desapareció definitivamente con los romanos.